Los tesoros perdidos de España

Publicado en por chemyrok

La tumba de un pintor y caballero de Santiago, galeones hundidos o el oro perdido de la República son algunos de los tesoros españoles que, entre el hecho y la leyenda, aguardan para ser descubiertos. 

Algunas monedas del tesoro recuperado por el 'Odyssey'.

Algunos de los tesoros españoles más célebres que están por desubrir pertenecen todavía al campo de la leyenda y la especulación. Otros, por el contrario, son hechos comprobados pero que por la dificultad o el coste de su recuperación, esperan enterrados o sumergidos, mejores tiempos económicos.

Aunque no todos tienen una relevancia arqueológica científica, al menos comparten una cosa en común . Su misterio.

La tumba de Velázquez

 Desde el S.XIX, los intentos de recuperar los restos del célebre pintor sevillano nunca han tenido éxito. La teoría más extendida es que estaría enterrado en algún lugar bajo la madrileña Plaza de Ramales, donde todavía debería estar la cripta de la iglesia de San Juan Bautista, construida en el s. XII y destruida en 1812 por orden de José Bonaparte. El proyecto más ambicioso tuvo lugar en 1998 cuando el Ayuntamiento decidió emprender la excavación de la iglesia. Sin embargo, la posibilidad de dar con el pintor y caballero de Santiago era reducida dado que, en el mismo templo, yacían enterrados cientos de personas cuyos cadáveres a menudo eran retirados de sus sepulturas para acoger los cuerpos de nuevos personajes ilustres de la villa y corte.

Los galeones de Rande

En 1702 tuvo lugar en la ría de Vigo una de las derrotas navales más “caras” para la flota española de la época. Conocida como la Batalla de Rande, el combate enfrentó a una escuadra combinada franco-española contra una anglo-holandesa que se saldó con el hundimiento de la mayor parte de la “Flota del Tesoro”, formada por 19 galeones españoles, cargados en su mayoría con plata del Nuevo Mundo. El evento fue recordado por Julio Verne en su obra Veinte mil leguas de viaje submarino, donde el famoso capitán Nemo fijaba la cantidad de riquezas hundidas en torno a los 500 millones, aunque también señalaba que gran parte del tesoro ya habría sido recuperado en tiempos de Felipe V. Confirmando la teoría de Nemo, la Real Academia Gallega y la Universidad de Santiago también coinciden en desmontar la leyenda, afirmando que hay documentos que atestiguan que los galeones descargaron su cargamento antes de la batalla y que la plata viajó por tierra a lomos de bueyes y carros hasta Madrid. No obstante, todavía hoy diversas empresas cazatesoros de diferentes naciones continúan interesándose por su búsqueda y presionando a la Xunta de Galicia para que les concedan los permisos de excavación.

 Camión militar trasladando las obras del Museo del Prado a Valencia. 23 de julio de 1937. - MNP

El 'séptimo camión' del oro del Banco de España

En los últimos años de la II República, el gobierno de Negrín, tras evacuar Madrid, ordenó el traslado de reservas de oro del Banco de España y algunas obras de arte del Museo del Prado a la mina de talco de La Vajol (Girona). Antes del colapso final, ordenó el envío de siete camiones rumbo a Francia cargados además con valiosos objetos que la 'Caja General de Reparaciones' del Ministerio de Hacienda había incautado a civiles filofascistas. La leyenda dice que sólo seis llegaron a su destino. El 'séptimo camión' si es que realmente existió, llevaría 10 toneladas de oro. Según el escritor y cazatesoros Robert Charroux, sus conductores decidieron enterrarlo en una zona pantanosa cerca de Saint-Cyprien, memorizaron el lugar y se entregaron a los gendarmes franceses. 20 años más tarde Charroux y uno de los conductores volvieron para encontrar el tesoro, pero la vegetación había cambiado y nunca dieron con él.  Sin embargo, los rumores y testimonios locales describieron durante años  la explosión económica de los vecinos de la zona de una forma inexplicable. 

El Santísima Trinidad

En Julio de 2009, el buque hidrográfico de la Armada, el Malaspina, durante unas demostraciones de sonar de barrido lateral, captó una imagen acústica que por su dimensión y su emplazamiento hacían pensar que se tratase del Santísima Trinidad. El Navío de Línea de cuatro puentes y 140 cañones fue el más grande su época y el buque insignia de la escuadra española durante la batalla de Trafalgar en 1805. Confirmado por la Universidad de Cádiz y por el Instituto Hidrográfico de la Marina, se comenzó a plantear su posible excavación. Sin embargo, la dificultad que entraña la profundidad y el costo que supondría para el Estado, hace descartar su recuperación hasta periodos de mayor bonanza económica.

 

 Arqueólogos en busca de la fosa de García Lorca en Alfacar, Granada. - EFE/Jesús Ochando

La tumba de García Lorca y las fosas de la Guerra Civil

Pero sin duda el mayor tesoro perdido de España son los 114.000 desaparecidos durante el transcurso de la Guerra Civil que fueron fusilados y enterrados en fosas comunes por todo el territorio nacional. La cifra coloca a España como el “segundo país del mundo, tras Camboya, en mayor número de personas víctimas de desapariciones forzosas cuyos restos no han sido recuperados ni identificados”, según recalca la asociación española Jueces para la Democracia.

De entre los represaliados ilustres, el más significativo y cuya investigación ha suscitado mayor entusiasmo ha sido la del poeta Federico García Lorca. El granadino de 38 años fue fusilado en el paraje de Fuente Grande, en el municipio de Alfacar (Granada), en compañía de los banderilleros Francisco Galadí, Joaquín Arcollas y el profesor Dióscoro Galindo. La multitud de rumores, anécdotas e historias de los que aseguran haber estado allí han arrojado más dudas que certezas sobre su paradero final, aumentando aun más la leyenda. Tras varios intentos de dar con su paradero y toda una polémica en torno a la cuestión legal de la apertura de fosas, la familia de García Lorca decidió dejar de buscaraduciendo que la exhumación “no aclarará nada”. Sin embargo, las nietas de Galindo y Galadí trasladaron la causa a los tribunales granadinos dispuestos a “llegar hasta el final.

¿Qué me llevo si me encuentro un tesoro?

No se si el bueno de Chanquete (un abrazo compañero) tiene mucho tiempo libre o necesita incrementar los ingresos. Pero lo cierto es que el otro día, y tras leerse el post sobre los cazaherencias, me deja un mensaje del tipo: ¿y que me llevo si me encuentro un tesoro?Así que a pesar de manejar cuatro nociones básicas sobre el tema me comprometí con el en dedicarle un post al tema. Va por Vd.

En primer lugar vayamos al Código Civil, o lo que es lo mismo, a los hallazgos y tesoros encontrados en territorio nacional. La regulación la podemnos encontrar en los articulos 614 y siguientes. Veamos que dice el 614.


Artículo 614.

El que por casualidad descubriere un tesoro oculto en propiedad ajena, tendrá el derecho que le concede el artículo 351 de este Código.

 

Asi, de principio, se establece una diferencia entre los tesoros y el resto de cosas muebles, como luego veremos. ¿Qué es un tesoro a estos efectos? Pues lo determina el 352

 

Artículo 352.

Se entiende por tesoro, para los efectos de la ley, el depósito oculto e ignorado de dinero, alhajas u otros objetos preciosos, cuya legítima pertenencia no conste.

 

¿Y qué pasa si se encuentra un tesoro en este sentido?

Artículo 351.

El tesoro oculto pertenece al dueño del terreno en que se hallare.

Sin embargo, cuando fuere hecho el descubrimiento en propiedad ajena, o del Estado, y por casualidad, la mitad se aplicará al descubridor.

Si los efectos descubiertos fueren interesantes para las ciencias o las artes, podrá el Estado adquirirlos por su justo precio, que se distribuirá en conformidad a lo declarado.

Vemos que si es un tesoro existen unos derechos del titular del terreno (que conviene recordar puede ser de dominio público y ahí nos las vemos con el Estado). Ojo con lo de legitima pertenencia desconocida no vaya a ser no sea así y tambien con los derechos a que nos sea expropiado por un justiprecio vía administrativa. También habría que tener cuidado cuando hace referencia a lo de por casualidad. Entiendo que se refieren a que si no es así, si hay una buisqueda intencionada sin el consentimiento del dueño el que lo halla no tienen derecho a nada, y si hayun acuerdo previo habría que atenerse a él.

Ahora bien, buena parte de esos tesoros se veran afectados por la Ley 16/85 de Patrimonio Histórico. El 44.1 de dicha ley nos recuerda que son bienes de dominio público todos los objetos y restos materiales que posean los valores que son propios del Patrimonio Histórico Español y sean descubiertos como consecuencia de excavaciones, remociones de tierra u obras de cualquier índole o por azar. A esos bienes no se les aplica el regimen que hemos comentado. Eso si, el propietario del terrno y quien los encuentre tienen derecho a repartirse un premio del 50% de su tasación legal.

Si nos ponemos menos soñadores y no pensamos en tesoros, si no en meros hallagos de cosas muebles seguiríamos por el 615 y 616 del Códfgo Civil


Artículo 615.

El que encontrare una cosa mueble, que no sea tesoro, debe restituirla a su anterior poseedor. Si éste no fuere conocido, deberá consignarla inmediatamente en poder del Alcalde del pueblo donde se hubiese verificado el hallazgo.

El Alcalde hará publicar éste, en la forma acostumbrada, dos domingos consecutivos.

Si la cosa mueble no pudiere conservarse sin deterioro o sin hacer gastos que disminuyan notablemente su valor, se venderá en pública subasta luego que hubiesen pasado ocho días desde el segundo anuncio sin haberse presentado el dueño, y se depositará su precio.

Pasados dos años, a contar desde el día de la segunda publicación, sin haberse presentado el dueño, se adjudicará la cosa encontrada o su valor al que la hubiese hallado.

Tanto éste como el propietario estarán obligados, cada cual en su caso, a satisfacer los gastos.


Artículo 616.

Si se presentare a tiempo el propietario, estará obligado a abonar, a título de premio, al que hubiese hecho el hallazgo, la décima parte de la suma o del precio de la cosa encontrada. Cuando el valor del hallazgo excediese de 2.000 pesetas, el premio se reducirá a la vigésima parte en cuanto al exceso.

Entre nosotros, tengo mis serias dudas sobre si se cumplen estas premisas legales de recompensa a quien halle algo. Y lo cierto es que lo que leo en prensa me da la razón. Bueno, siempre hay excepciones, como en la legislación específica de tema aeroportuario donde está claro que hay subastas donde Hacienda se lleva la mejor parte.

A todo esto, conviene recordar que cuando hablamos de temas relacionados con el mar hay una legislación específica. En esencia, si hablamos de hallazgos o extracciones nacionales el asunto está claro, pero no tanto en cuanto tocamos terceros paises o aguas internacionales.

 

11 MAPAS DEL TESORO

1. El oro de Atahualpa
En 1553, Francisco Pizarro exigió un rescate a cambio de la vida del emperador Atahualpa. El soberano prometió llenar una habitación de oro, y cumplió su palabra. Quien no lo hizo fue Pizarro, que aun así lo mandó ejecutar. En venganza, los incas robaron el oro y al parecer lo arrojaron al lago Yanacocha, en la región de Llanganati, en los Andes. En 1700, el español Atanasio Guzmán fue en busca del oro, y aunque no lo encontró, hizo un mapa de la región. El original no se conserva, pero sí una copia que hizo el explorador inglés Richard Spruce y que está en el Museo de Historia Natural de Londres. El propio Spruce realizó una expedición para localizar el tesoro, pero no regresó.

Atatahualpa 
(1500-1533)
Fue el último emperador de los incas. Los españoles le ejecutaron a garrote vil tras haberle acusado de fratricidio, ya que había mandado matar a su hermano Huáscar (que se había aliado con los conquistadores para hacerse con el trono), y convirtió incluso su cráneo en una vasija de oro para beber.
2. La mina del alemán
En el salvaje Oeste se hablaba de la existencia de una mina de oro situada en los Montes de la Superstición, en Nuevo México. Había pertenecido a un español, Miguel de Peralta, hasta que él y sus trabajadores fueron masacrados por los apaches. En 1862, un alemán llamado

Jacob Waltz

aseguró haberla encontrado; como prueba, mostraba una cantidad de oro por valor de 60.000 dólares. Waltz no quiso regresar por miedo a los apaches, pero dibujó un mapa que vendió por mucho dinero. Quienes la buscaron solo encontraron la muerte.
3. A salvo de los gringos
En 1520, Hernán Cortés reunió una gran cantidad de oro capturado a Moctezuma. El tesoro no salió del país, pero se dice que en 1847, durante la guerra contra EEUU, el Gobierno mexicano lo escondió para que no cayera en manos enemigas. De ello se encargó el jesuita Joaquín Pomes, quien hizo el mapa de arriba señalando las cuevas californianas en las que lo ocultó. Jamás ha sido hallado.

Moctezuma Xocoyotzin 
(1466-1520)
El último emperador de los aztecas, fue asesinado con una lluvia de flechas por su propio pueblo durante la llamada Noche Triste, acusado de complicidad con los españoles.
4. El falso mapa de El Dorado
En 1617, el pirata inglés Walter Raleigh realizó su último viaje. Su intención era buscar El Dorado, una ciudad mítica de la que se decía que estaba repleta de fabulosas riquezas, en la actual Venezuela. Guiándose por los fantasiosos relatos de los nativos, el corsario envió una expedición dirigida por su propio hijo para buscar la ciudad, pero los ingleses fueron diezmados por los indios hostiles. Raleigh regresó a Inglaterra fracasado y con un mapa (arriba) de El Dorado, que dibujó tomando como base los relatos de los indígenas. Nadie en la corte se tomó en serio el documento, Walter Raleigh cayó en desgracia y fue ejecutado.

Walter Raleigh
(1542-1618)
Corsario británico amante de la reina Isabel I, contribuyó a la destrucción de la Armada Invencible, pero perdió el favor real tras varios fracasos y al enamorarse de una doncella. Fue acusado de traición y, según la costumbre, decapitado.
5. Un mapa inexistente
Tras una fructífera carrera como pirata, Isabel I nombró a Henry Morgan gobernador de Jamaica, con lo que pasó de ladrón a policía, ya que recibió orden de acabar con los filibusteros del Caribe. Durante esos años amasó una gran fortuna, pero en 1672 fue acusado de traición. Antes de ser enviado a Inglaterra para ser juzgado, ordenó esconder parte de su fortuna personal. Morgan fue finalmente exonerado y regresó a Jamaica. Las leyendas dicen que su tesoro sigue escondido en alguna isla caribeña. No dejó mapa, pero Robert L. Stevenson le inventó uno apócrifo (a la derecha), que ilustró la primera edición de La isla del tesoro.

Henry Morgan
(1635 –1688)
El pirata con mayor éxito de la historia. Saqueó la riquísima ciudad de Panamá y murió de viejo gozando de honores.
6. Un códice masónico
Estamos ante un documento controvertido. Recibe el nombre de Mapa de Lue y, supuestamente, es un gráfico encriptado que revela el escondite de un tesoro nazi en EEUU: cien toneladas de lingotes de oro que Hitler envió a sus quintacolumnistas. Fue descubierto por un cazatesoros alemán llamado Hunter Karl von Mueller, pero muchos lo consideran un hoax. Cifrado en símbolos masónicos, se ha convertido en un icono de la cultura popular y aparece en el filme La búsqueda, oculto en el reverso del original de la Constitución estadounidense.
7. El botín de Jesse James
En 1930 falleció un anciano minero llamado Ben Morton. Había pasado años buscando en las montañas de Missouri el supuesto botín enterrado por el pistolero Jesse James. Entre sus pertenencias apareció un extraño documento que desde entonces ha sido conocido como El Mapa Wolf, ya que está presidido por la imagen de un lobo. Ben lo habría obtenido del sacerdote que dio la extremaunción a Frank James, el hermano de Jesse. El mapa resulta a todas luces indescifrable, y la opinión más extendida es que se trata de un fraude.

Jesse James
(1847-1882)
Líder, junto a su hermano Frank, de una banda de forajidos que actuó en Missouri y Kansas. Fue asesinado por la espalda por un compinche llamado Bob Ford
8. El tesoro del capitán Kidd
William Kidd

(1645-1701), fue uno de los piratas más célebres de todos los tiempos. Cuando, tras años de fechorías, fue condenado a morir en la horca por un tribunal de Londres, trató de salvar su vida negociando con la Cámara de los Comunes. Les envió una carta en la que revelaba el lugar donde había escondido sus botines, a cambio de un indulto. Su oferta fue rechazada, y Kidd acabó subiendo al patíbulo. En 1929, un anticuario llamado Hubert Palmer compró un viejo escritorio en una subasta. Al restaurarlo, encontró en el interior de una pata hueca la supuesta carta que Kidd había enviado a las Autoridades. En ella se revelaban las coordenadas de una isla en el mar de la China donde estaba su tesoro. ¿Es real el documento? Es difícil creerlo, ya que en las coordenadas citadas no existe isla alguna.
9. El oro de Yamashita
Durante la II Guerra Mundial, el general Tomoyuki Yamashita reunió una fortuna en lingotes de oro saqueando Asia. En 1945, tras la caída de Filipinas, ordenó enterrar su botín. ¿Donde? El secreto se lo llevó a la tumba. Pero en 1947, un filipino llamado Domingo Pahigon reveló que poseía un mapa del tesoro que le había quitado a un japonés moribundo. Dicho mapa es un galimatías de kanjis y coordenadas en clave que nadie ha logrado descifrar.

Tomoyuki Yamashita
(1885-1946)
Apodado el Tigre de Asia por su fiereza, conquistó China, Singapur y Filipinas. Tras la rendición de Japón, fue ejecutado por crímenes de guerra.
10. Manuscritos de Qumrán
No todos los mapas de tesoros están dibujados. Algunos están escritos, como los famosos manuscritos del Qumrán, considerados como el primer documento conocido que habla de la existencia de una fortuna escondida. O mejor dicho de varias. Ya que entre otras cosas, los manuscritos señalan sesenta emplazamientos en Oriente Medio, donde supuestamente estarían escondidas varias fortunas en forma de oro. Numerosos cazatesoros han tratado de encontrarlas, pero todas los intentos se han revelado infructuosos.
11. El tesoro del olonés
Joaquín Garrido era un anciano pescador que decía descender de los miembros de la tripulación del pirata francés conocido como el Olonés. En 1924, unos americanos de vacaciones en Cuba trabaron amistad con él, y entre las posesiones del anciano apareció un curioso mapa que señalaba el emplazamiento de un tesoro. Nadie ha logrado descifrar a qué isla pertenece. Es más, el mapa es tan infantil (hay incluso dibujados dos esqueletos), que los historiadores dudan de que sea auténtico. De hecho, a finales del siglo XIX y principios del XX, vender supuestos mapas del tesoro era un negocio habitual en las islas del Caribe. Por tanto, el tesoro del Olonés sigue sin aparecer. Si realmente existe, estará empapado en sangre, ya que este carnicero tiene la triste fama de haber matado a centenares de personas.

El Olonés
(1630-1671)
Ese fue el apodo de Jean-David Nau, considerado el pirata más sanguinario de todos los tiempos, capaz de arrancar el corazón de un prisionero y comérselo crudo. Murió despedazado vivo por los nativos de la costa de Nicaragua.
Pertrechados de ordenadores y GPS, modernos cazatesoros recorren la piel del toro tras el reto de hallar el botín
Tras el rastro de 8.000 tesoros escondidos por España
Actualizado Domingo , 16-05-10 a las 11 : 58
Ana y Fer -Ana Soriano y Fernando Pérez- tienen en su haber 650 tesoros o caches encontrados y otros 91 escondidos para divertimento de la comunidad geobuscadora, de los más de 8.000 que hay camuflados en España. El matrimonio se enganchó a esta afición tras aceptar el reto de encontrar lo que otro geocacher había ocultado en el corazón del viejo Madrid, a orillas de la Plaza de Oriente. «Se trataba de un multicaches, que te obliga a seguir varias pistas, y su búsqueda nos llevó a recorrer el barrio de los Austrias, un itinerario precioso y un gran desafío. 

Las búsquedas en ciudades -explica Fernando, empresario de 47 años- son soprendentes, pero también hay tesoros ocultos en mitad del campo o en el fondo de un río...; unos son grandes contenedores, como cajas de munición del Ejército, y otros, depósitos minúsculos para pasar desapercibidos en zonas tan transitadas como la madrileña Puerta del Sol. El gran peligro al que nos enfrentamos es al del «geomuggle» o profano que rapiña el tesoro. De ahí que cada vez haya más interés por los caches virtuales, es decir, la foto del lugar que muestra que se ha logrado el objetivo, y que además no causan alarma de seguridad».
Vaya por delante, que no hablamos de trofeos valiosos por su contenido. A veces se trata tan sólo de un minúsculo rollo de papel, un juguetito para intercambio si vas con niños o una moneda personalizada que llaman «pathtags». «El premio -añade Ana, auxiliar administrativa de 48 años-es el hallazgo. De hecho, en terracaching.es -que en dos meses ha pasado de 2 caches a 603- puedes con sólo registrarte gratis, salir a cazar un tesoro, como la localización de faros en Galicia, sin moverte del cuarto de estar de tu casa manejando buscadores como «google earth» o «google street view», lo que no puedes hacer desde la plataforma geocaching.com».
Lo cierto es que diez años después de su nacimiento en EE.UU. -aunque en España no empezara a coger fuerza hasta hace tres- hay pocos lugares del mundo que estén libres de ocultar los tesoros del «geocaching». Uno de los fundadores de Geobuscadores Españoles Asociados (geobuscadores.com), Gonzalo Arenas (alamostrail.es), explica que aunque en nuestro país aún no es afición masiva, tiene entre los 10 primeros geocachers del mundo a cuatro de sus nacionales. 

«Es un deporte de aventura para el que basta con echarle ganas.No hace falta siquiera un GPS de montaña -añade este director financiero de 39 años y pionero «terracacher»-, vale cualquier localizador, y las únicas reglas son el intercambio justo y dejar las coordenadas. Toda la familia puede participar. Y es una magnífica forma de hacer turismo: los tesoros siempre te llevan a parajes maravillosos».

HISTORIAS DE TESOROS PERDIDOS Y NO ENCONTRADOS

on muchas las historias que se cuentan sobre tesoros. Es cuestión de fe. Yo la tengo. La historia comienza en Torrejoncillo del Rey, año 1955, justamente el año en el cual yo nací. Un vecino del pueblo, Pedro Morales, soñó que en el lugar denominado “La Mora Encantada” se encontraba tras excavar, un ataúd blanco, que contenía en su interior un tesoro de monedas de oro. Confiado el hombre se lo contó a un vecino y a su yerno y en compañía de ellos marchó hasta el lugar. Después de excavar 5 metros se encontraron con las paredes de un pozo picado a mano y tras profundizar unos 25 metros se encontraron un boquete y una gran estancia de la que salían diferentes galerías de paredes de cristal. Ese era el palacio de la Mora Encantada. Las burlas fueron de cuidado. Desde Cuenca acudieron hasta el pueblo diferentes autoridades que terminaron por determinar que la cavidad era una mina romana de 2000 años de antigüedad de lapis specularis. 

Viene esto a colación porque mi abuelo tuvo un sueño parecido, esta vez relacionado con Pinarejo, y con un tesoro. Cuenta mi padre que mi abuelo acudió en diferentes ocasiones hasta el lugar soñado en búsqueda del tesoro y que nunca lo encontró. 

Hace de esto, ya, casi unos treinta años, en una de las temporadas que pasé en el pueblo, mi padre me llevó hasta el lugar donde mi abuelo había buscado el tesoro. No recuerdo con muchos detalles la zona. Sé, que un día salimos, mi padre y yo, del pueblo camino del cementerio; que llegamos a la Poza de las Pitas, que luego continuamos andando durante bastante tiempo y que llegamos a un lugar en el que había muchos tiestos, trozos de teja, y, cerca de allí en un saliente de una elevación sobre el terreno descubrimos muchos agujeros excavados en la roca. 

¡Aquí! Me dijo mi padre, es donde tu abuelo y otros estuvieron buscando durante algunos años el tesoro.
Hablamos de que esto pudo ocurrir sobre principios del siglo XX. Casi nada, lo que a caído. 

Aquella mañana, mi padre y yo, dimos diferentes vueltas por el lugar hasta que vimos unos trozos de pequeñas vasijas rotas y de tapaderas con agujeros por los que se tenía que haber pasado necesariamente alambres o cuerdas para sujetar las tapaderas al cuerpo de los bucaros/tinajas. Yo recuerdo, también, que encontré una moneda muy sucia que guardé con el ánimo de limpiarla con algún tipo de ácido.
Al asunto no le dimos más importancia, yo había estudiado arqueología en la facultad así que recogí algunos cascotes, cerámica, para estudiarlos y nos alejamos del lugar. Con el tiempo estudie la cerámica y resultó ser de época medieval, pero había un trozo de cerámica, en concreto, que todavía guardo como si fuera un tesoro. La verdad es que me llamó mucho la atención. Era un trozo de  vasija de unos 4 centímetros cuadrados de superficie que tenía dibujado a punta de estilete, punzón, un caballo muy bien perfilado. Comprobé diferentes catálogos sobre la época ibérica y este caballo resultó ser similar a aquellos que aparecían en el catálogo que se correspondía con un poblado de época ibérica, denominado “San Miguel” de la localidad de Liria, en Valencia. 

Mi padre con el tiempo me diría que lo que no sabía a ciencia cierta era si lo de mi abuelo había sido un sueño o consecuencia de las conversaciones que había escuchado mi abuelo siendo niño, cuando se quedaba a dormir, en casa de unos terratenientes del pueblo que no tenían hijos.
Lo bien cierto es que el tesoro pudo existir. Se podrían aportar más datos si aquella moneda que encontré en el lugar hubiera sido limpiada, como era mi propósito, pero la verdad sea dicha es que la perdí en el trayecto que hicimos desde el lugar donde hice el hallazgo hasta el camino donde habíamos dejado el vehículo. Después, ni por curiosidad volví adentrarme en el lugar. Recuerdo que imponía, que reinaba un silencio tremendo y que parecía que el tiempo se hubiera detenido. Todavía hoy me recorre por el cuerpo algún escalofrió cuando recuerdo aquel dichoso lugar donde mi abuelo soñó con el dichoso tesoro. 

Al igual que la historia de mi abuelo hay otras historias a lo largo y ancho de la geografía peninsular casi todas ellas tienen que ver con musulmanes y moras.
Algunos ejemplos:
En Duáñez aseguran que en ese cerro, castro, se halla oculto por “los moros” un tesoro, todo él de oro. Junto con esta tradición existe otra relacionada con el mismo lugar, una leyenda según la cual una mora, cada madrugada de San Juan, bajaba a lavarse la cara la fuente del lugar de Fuentetecha. 

“El Diccionario de la España Mágica”, editada por Espasa. Se habla de la época carlista y de escondrijos en pellejos de buey repletos de oro, 

En Cigudosa, lugar soriano cercano a la frontera con Navarra, la tradición de tesoros viene explicada en forma de minas de plata, oro y platino, 

En Jodra de Cardos existe un paraje llamado “El mirón y la mirona”, del cual aseguran, una tradición oral mantiene que en ese paraje hay enterrada una piel de toro llena de oro. 

en Zayas de Torre, donde existe un paraje con el nombre de “Boca de los moros”, recuerdan viejas conteras según las cuales el pueblo estuvo murado, y la puerta cerrada por los moros con una cadena de oro, posteriormente enterrada y desaparecida hasta la fecha. 

Bueno como ven hay para divertirse. Es cuestión de coger una buena pala y armarse de paciencia.
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L
Hola a todos..yo una vez me encontre un tesoro de monedas en Asturias.estabamos unos amigos y yo haciendo la ruta del naranjo de bulnes..despues de ir andando desde fuente poncevos hacia el maranjo de bulnes,y llevar mucho tiempo cinando llego la hora de comer.llevavamos una lata de lentejas una cuchara y un campin gas de esos de un fuego ,para calentar la comida.estuve vuscando un lugar donde poder poner el campin gas y vi una piedra fuera del camino,me guy hacia ella y vi que era un sitio idonio para poder cocinar,la roca cortaba el viento y era propicia para instalarnos alli..yo llevaba todos los utensilios en mi mochila y mis amigos mirando sitios para acsmpar..y cual fue mi sorpresa cuando empece a mirar alrededor de ese hueco de la piedra..vi en un rincon semi escondido..por lo menos unas ventitantas monedas..estaban llenas de polvo y con mucho tirmpo y heladas por el paso del tiempo..eran monedas españolas de,pesetas,de duro ,de veinticinco pesetas y hasta de cincuenta pesetas.en totsl una mil y pico pesetas..yo se que no es gran cosa,pero quien va hacer la comida en el campo en medio de la nada y se encuentra un buen puñado de monedas ...esta es mi istoria espero haberles entretenido y un fuerte abrazo a todos los que vuscan o han encontrado un tesoro grande o pequeño como yo..yo siempre podre decir que en mi vida encontre un tesoro...un saludo..POSDATA..( A lo largo de mi vida Me encuentro muchas cosas ,porque miro mucho al surlo y odservo mucho)..en Madrid a 25-01-2017
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M
Bueno, en realidad quedan más tesoros por descubrir de los que parece, yo el año pasado encontré lo que podría ser uno de ellos de forma casual, soy aficionado al buceo y mi esposa es de República Dominicana por lo que suelo viajar a ese país, el caso es que buscando pulpos en un arrecife en Puerto Plata di con lo que es un casco de un barco, a muy poca profundidad, estaba cubierto de coral y sedimentos, pero por su forma y longitud no me cabe duda de que es el casco de un barco, ya me vine a España y no le di mas interés, el caso es que el pecio sigue en ese lugar, que contenga tesoros o no esta por descubrir.
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